miércoles, 3 de julio de 2013

Ricardo Limassol, Todo menos trabajar

Me levanté en la mañana sin muchas ganas, todos los días parecen ser lo mismo. Estuve metido en  Facebook casi toda la tarde, leí un par de reseñas de libros, jugué un poco, no quería hacer mucho. Toda esta actitud que parece tan esporádica y desgraciada, es común. Dentro de ello hay a fin de cuentas una actitud frente al mundo, una actitud sobria aunque no por ella ajena al alcohol. Cuando estaba perdido en la desidia, en una abstracción total que variaba con melodías de canciones, encontré un libro que casi describía, si no mi día, sí la totalidad de mi actitud, mi preocupación frente a cosas como la poesía y la prosa. Leerlo es casi una revelación, no de lo desconocido, sino de lo cotidiano, de lo obvio (para pensar un poco en el This is water de D. F. Wallace). Todo menos trabajar es una obra cargada de fuerza que quiere luchar contra el mundo, que quiere ir en su contra y poner de manifiesto la sensación y las experiencia que nos trae la musa, que se ha ido, pero que esperamos, parafraseando algunos versos del autor, un joven nacido en 1987, Ricardo Limassol.

Hay nuevas voces en la poesía joven en Latinoamérica, vestigios de aromas y rumores de nuevas maneras de contar y escribir. Otra obra del autor es “Jóvenes que no tienen futuro, les habla su capitán” que más que versos son instrucciones acaso iguales a las que Whitman dio a los jóvenes de su tiempo. Casi parece una parodia de la misma voz, pero no por ello con menos fuerza y veracidad. Sus poemas son como pequeños manifiestos para superar el día. Parece cierto su último verso, el que cierra su libro (el cual podemos leer gratis en pdf), nunca quizá podremos construir un poema, un poema verdadero (esa es la conversación con el lector, así lo parece), pero se escribió lo mejor que pudimos en la vida así nunca nos volvamos a ver.


Zing

La poesía no nace de la poesía,

los amantes no pasan el tiempo leyendo poemas;

ninguno de ellos está calvo,
ninguno pasa sus tardes fumando cigarros
y bebiendo café.
Ceniza caía sobre el vestido de la musa,
el terciopelo arruinado y ella enfurecida,
se marcha de ahí sin pagar su cuenta,
nadie le dio importancia,
nadie sabía cuánta falta haría
su presencia.
Sinceramente:
Yo espero que regreses
y nos vayamos juntos.
Ricardo Limassol, Todo menos trabajar




Les dejo el link de su pagina allí pueden encontrar su obra.

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