miércoles, 25 de septiembre de 2013

En la pequeña muerte












 a Marie Calloway

Como las tumbas

Y  los cuerpos que en mi sueño amo,
Desnuda y libre,
Te encontré.

Y

 Desemboque en pasiones, al otro
Lado de la pantalla,
Al otro lado del mundo,
Con la fuerza de mi brazo.

Te apresuras a la tumba,
 Para el sepelio y el amor
De los muertos.
Con la fragancia del último Dios,
Te entregas al placer de la tierra.

Amándote con el golpe de mi mano,
Escribo sobre el teclado tu nombre,

  Como si Monk lo tocara,
  El alma y el sexo se reconfortan.

Suave música crece hasta ser torbellino
Desgarra las carnes de mi cuerpo.
Me apresa y obedezco.

Te hago mía y obedeces.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Hasta ahora la historia no dejaba de ser la misma

-Todo se va construyendo a partir de los movimientos y cosas que dice. No se puede evitar ello: Ha tratado de no pensar en nada pero luego ve por allí encima de la mesita de noche algo que dice “No pensaba en nada”.  Están estas cosas por todas partes; paredes, techo, suelo; sobre todo en el suelo, regadas como notas de periódico que algún compulsivo detective hubiera recortado. Pero no son recortes de periódico, son palabras que flotan. En la habitación son él y todas esas cosas.
-Son sólo textos, dijo Isabel, tratando de darle forma a la idea.
-Sí, pero no son sólo textos, ellos están por encima de él, hablando de él, señalándolo a él, como un montón de ojos que de repente se les ocurre dar la vuelta y verse a sí mismos; leen al ser leídos. Es aterrador.

***

Toda la sicosis no se muestra más que con su incapacidad de escribir, por eso las palabras flotan sin poder ser articuladas por la habitación –eso diría luego el profesor-. Se sentía acusado por no ser sensible al mundo que todos llaman real. Francisco Asistía al curso de escritura más por terquedad que por talento. Pensó que si dejaba de prestarles atención a aquellas historias que decían has algo serio acabaría todo. Termino aporreándose contra el aire cada día mientras iba a trabajar. En muchos sentidos actuaba como un yonqui; la soledad, el silencio, la mirada pérdida, las historias increíbles que aseguraba eran verdad.  Aterró con ello un tiempo a su familia. Son sólo textos, dijo Isabel tratando de darle forma a la idea que daba el profesor en clase. Todo esto era y no era, ese era el juego. Habían opciones pero en una de ellas convierte la paranoia en los eslabones que resolverán un crimen, el suyo que ocurriría en un camino de espejos (Aunque no hay certeza de que muera exactamente). Empieza a ligar uno a uno cabos, fechas, versos y un día en la biblioteca mientras reconoce en un libro de Barth el último eslabón de su experimental vida, la última pista que daba forma a todo ese aire condensado en palabras, lo pierde y olvida como era todo. Eso derrota a Andrés quien se queda hablando toda su vida sobre un escritor cualquiera, viendo al vacío como quien ha perdido una esperanza. Claro, era una opción que desecho.

***

Un día:

Caminó hacia la biblioteca y vio otros ojos igual de consternados a los suyos. Quiso acercarse pero no tuvo el coraje de ir allí y empezar una conversación. Lo siguió de lejos con la mirada, no sabe que curiosidad lo empujaba. Aquel tipo tomó de los anaqueles un libro de Wallace, otro de Ensayo y Crítica escrito por Bloom. Para disimular Andrés tomó uno de Javier Moreno, Lo Definitivo y Lo Temporal. Leyó sin leer. Vigilaba viendo por encima del libro. El otro hombre tuvo lo que pareció un pequeño escalofrío y empezó, recurrentemente, a mirar hacia atrás. Se levantó. Andrés espero un rato. Se levantó y fue hasta la mesa en la que antes estaba aquel tipo. Había algo, lo tomó y lo escondió, se dirigió hacia la salida. Ya en la puerta vio como el tipo volvía desesperado buscando eso que había olvidado. Abría los libros, buscaba bajo la mesa, preguntaba a los encargados. Andrés abandono el  lugar. Se dirigió al bar.

***

-¿Crees que no tiene sentido?
-No es que no lo tenga, sólo que ese sentido está vacío.
-¿No es lo mismo?
-No, no tener sentido es no ver nada, yo en cambio veo todo. Es difícil salir de esta encrucijada. Reviso cada día las opciones y llego al mismo punto.
-Entiendo… aunque creo que tú en particular estas enloqueciendo.
-Hace tres días me llamo mi padre, las cosas no van bien en casa, él cada vez envejece más, no puede trabajar, ¿sabes? No tiene una pensión. Siempre fue un trabajador informal, un hombre buscando el dorado. Jamás lo hallo, y eso le costó que hoy carezca de algo como una pensión. Vive de la ayuda de mi hermana, y de la mía cada vez que puedo. La llamada que me hizo me dio a entender que debe hacerse más frecuente. Eso me preocupa… creo que debo abandonar todo.
-Ahora entiendo. Pero no te preocupes. Igual terminaras matándote.
-No molestes y dame otra cerveza.

***

El cielo afuera está limpio. El sitio en el que toma la cerveza se llena cada vez más. Si el cielo sigue así será una linda noche, piensa.  Se bebió la cerveza, pagó la cuenta y salió. Afuera el día era aún más perfecto de lo que pudo intuir al ver a través de la ventana. Sería perfecto para escribir una gran-historia-aburrida, pensó.

***

Tuvo lo que aquel tipo había olvidado en la biblioteca en sus manos, algunos días. Era distinto a lo que hubiera visto antes. Volvió a la biblioteca al día siguiente y volvió a ver al tipo esculcando libros en los anaqueles. Él sólo observaba. Al día siguiente volvió y allí estaba, se veía desecho, como si no hubiera comido ni dormido nada. Esta vez armo un alboroto que obligo a que le sacaran, gritaba algo como “cómo pude olvidarlo… lo necesito” todos creyeron que estaba loco. Él sabía que estaba enfermo y desde allí empezó a tener ese miedo de perder la cabeza. Sólo son textos -dijo su madre una vez que fue al apartamento-, no te preocupes.  Asintió aquella vez. Tenía igual que ahora la cabeza revuelta, llena de cabos sueltos y palabras que flotan. Ahora sé que no puedo vivir sin ellas, y ellas sin mí no serían lo mismo -se decía-. Las leo y me leen, es una delgada línea en la que simplemente somos. Y Somos en está habitación esas cosas y yo.

***

-Dios siempre nos da opciones, pero sólo una es la correcta. Él nos la presenta y espera que en nuestro corazón meditemos cual es la más idónea. La correcta.
-¿Eso funciona como una especie de concurso?
-Si así lo quieres ver.
-El premio está detrás de la puerta correcta, o al decir el precio correcto de la escoba de finas puntas importada. No te parece un poco caprichosa esa idea. ¿Por qué sólo hay un camino?
-Siempre es uno sólo a pesar de las múltiples opciones. El punto está a dónde te llevan cada uno. Podrías decidir acabar todo justo en este momento o podrías aguantar un poco más. Una y otra traen consigo otras opciones. Cuando me fui a vivir con tu padre no teníamos nada, fue una decisión apresurada sin duda, nos costó adaptarnos, no sólo a las comodidades que ya no teníamos y que disfrutábamos en casa de nuestros padres, sino adaptarnos a nosotros mismos también. Y mira, lo soportamos y creo que fue lo mejor que me ha pasado.
-¿Has pensado alguna vez que fue una decisión equivocada, como no decir el precio correcto y ver como se esfuma en el aire la posibilidad de obtener el premio?
-Sí, pero en mi corazón, que entonces palpitaba lleno de amor, fue la mejor. El camino es uno, pero no es único. 

***

Lo que había olvidado aquel tipo en la biblioteca la olvido él también, no supo cuándo ni dónde, pero no le afecto. Sólo se perdió para siempre igual que aquel tipo de la biblioteca; se quedó aparcado afuera de ella, en las escaleras, hablando de algo que fue muy fantástico pero que ahora se ha ido. Sufría de nostalgia y añoranza, se quedaba viendo a la nada, le recordaba a un tipo que conoció en clases de literatura y que todo el tiempo hablaba de Borges.

***

Se levantó de su escritorio y se asomó a la ventana. El vigilante de la cuadra, un trabajador que ganaba su sueldo de la buena voluntad que tuvieran los vecinos para pagar una cuota que podría ser semanal, quincenal o mensual. Un trabajo informal tan peligroso como aburrido. Aquel hombre levantó la mano para saludarlo y él contesto con igual gesto. Sentía hambre. No había nada en la alacena y lo sabía bien. Se consolaba con un verso “Cuanta terquedad”. El nombre del poema era Ezra Pound Pone una Toalla Sobre Mis Hombros y Da Instrucciones. Se quedó meditando en aquel título y en aquel poema, veía hacia la pequeña biblioteca en su habitación buscando aliento, pero los libros estaban quietos, estáticos unos contra otros, algunos llenos de polvo. Tomo la llaves de su casa y salió.

***

-¿Todo siempre se verá así, como un encrucijada?
-No lo sé. Pero si no tengo éxito no me quedarán muchas esperanzas.
-El trabajo en el centro comercial me está matando, debo trasnochar mucho.
-¿Vale la pena?
-Tengo mi cheque cada 15 y 30, no necesito más.
-…
-Tráeme tu hoja de vida la próxima semana, veré si puedo ayudarte.
-…

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Femina Suite


La maja desnuda - Goya


"-Monsalve asegura en el tan mentado Manual de la Mujer Pública que toda la escala de valores de la sabia (que casi por derecho propio tiene que ser intelectual de izquierda, aunque a veces se presentan algunas aberraciones de éstas en la derecha) está regida por un triple proceso-explicó Arango-. Es el triple proceso de la eme, pero conocido genéricamente como Coñocracia.
-¿Triple proceso de la eme? ¿No es eso demasiado complicado?-Salta precavido el Mancebo-. Prefiero la Coñocracia. 
-No me parece nada complicado, muchacho, pues este proceso simplemente se limita a designar las tres etapas que se preciso recorrer para que nuestra intelectual se realice a plenitud ante el mundo y su estirpe. Es muy sencillo. Las etapas en mención son las siguientes: primero Meninas, después Mandarinas y, finalmente, Matriarcas; etapas que una vez recorridas nos brindan una idea sobre el papel que juegan etas mujeres en el mundo actual a la vez que nos ofrecen la configuración de un Gran Principio".
Femina Suite, R. H. Moreno Duran 




Mi primer día con R. H. Moreno Duran. Sentado con los pies sobre el sofá, de que se reirá este muchacho, comenta mi madre que cruza por mi lado. Ella está en lo suyo y yo en lo mío. La tarde es fresca. Tengo en mis manos Femina Suite, estoy riendo con la teoría de la Coñocracia de Monsalve que Arango comenta como una novedad. Quedarse con la experiencia (tal vez) misógina o (tal vez) centrada en una realidad sin maquillaje no sería darle crédito a la prosa tan orgánicamente construida. La voz del narrador se construye a partir de las voces de todos en una reunión; la experiencia y el comentario mental, la acción, el silencio, las miradas, la música. Es una prosa magistral y que está refiriendo cada instante del momento, desde adentro, el contexto y los subtemas que la sostienen creando esta especie de panorámica que es tan divertida, tan displicente con el formalismo; aquí hay más ironía y sarcasmo por centímetro cuadrado como exploración estética.


Tengo en la cabeza El Manual de la mujer pública… tengo en la cabeza Meninas, Mandarinas y Matriarcas. Tengo en la cabeza una sonrisita que me sale como un susurro. Esto es muy divertido. Y no sólo retrata de forma irónica el feminismo, sino la sociedad colombiana, la historia de este país y el juego que nos hemos inventado para sobrevivirla. Todo es así, substancial, no se escapa nada en 50 año de historia política, no se le escapa nada de la vida que nos inventamos, nos retrata el amor atiborrado de unos fines mancebos. Nos delinea las cosas sin la metáfora barata ni cachivaches retóricos; la única retorica es la de Arango, o la de Paulette que hace de sus hombres trozos de carne, para mostrar que aún está despechada. Ninfa eco, empieza la novela, ya le decían ninfa eco, Ninfa por lo ninfómana y puta y Eco por lo chismosa.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Diez Poemas que no importan

Un Fragmento

Me he pasado días enteros frente a la tv
Llenándome de todas aquellas imágenes.
Sentado muy quieto, pensando cosas que luego no recuerdo.
Con ansias de salir a buscarte o buscar algo porque los
Días se consumen en un tedio infinito.

Me gustaría decirte que en mí todo es éxito.
Que he podido terminar la universidad y que he conseguido un empleo.
Que construyo un hogar o un lugar que pueda llamar como tal.
Me gustaría llamarte e invitarte a cenar y de algún modo hacerte sentir
Que he triunfado con nada de lo que me he propuesto.

Tú lo sabes, eso para mí no tiene sentido.
Quizá en ello pienso frente a la tv pero no lo recuerdo.

Igual, no importa…


Aquí

Hay poemas que no importan
Se envejecen en una hoja hecha
Pedazos y tirada en la basura.

Hay muerte y no es bueno pensar en ella.
¿Alguna vez me importó la vida?
Bebo una Coca-cola pesando en esto.

Ayer en la noche me reuní con
Amigos, hablamos de nada y eso
Tampoco importó mucho, nada, diría.

Dormí en la noche, no soñé.
Estuve viendo tv toda la mañana.
Aquí se desecha el tiempo, se rasga.


Voz


La terquedad está allí halándome
Mientras estoy invadido por el silencio.  
Quisiera no estar haciendo esto ahora,
Quisiera una carrera normal en un lugar normal
En el que haga cosas normales o que así se supongan. 

-Estás perdiendo el tiempo-
Me dicen, y les doy la razón.  




Al otro lado

Ella está recostada sobre una mesa,
Sus nalgas se pronuncian; piel tersa besando el cielo.
Lleva puesto un short hecho de jean muy corto.
Una blusa que debe tener dos tallas menos
Le pronuncia los senos,
Contra la madera se ven estrechos.

Levantando la pierna izquierda
Con falsa inocencia sonríe.
Tiene un tatuaje en el costado.
Reconozco algunas letras
Pero no palabra alguna.
Lleva el cabello largo, liso y delinea la curva de
Su espalda hasta su enorme trasero.

La mesa sobre la que se apoya ese cuerpo
Rígida soporta el cuerpo recostado sobre ella.

Es un anuncio de algo a lo que no preste atención,
Lo estoy viendo
De lejos.
Está arriba de un edificio.
De la calle, al otro lado.


Día

Me siento con la biblia entre mis manos
Buscando una esperanza.
Estoy solo, siento que voy a llorar.

No lo hago…

Estoy descalzo, llevo los cabellos enredados en problemas
Que saltan como espacios vacíos en los que se proyectan
Imágenes bajo el título Hubiera sido mejor si…

No sé qué pensar ni de qué forma ayudarme
No tengo nada.
No hay nada.

Escucho una canción de
Habana con Kola, Calma
Me parece hermosa.

Un aire tibió me abraza.
Pero sólo es una sensación

Igual que todo.

Ese libro está entre mis manos y susurro la melodía:
Quiero que llegue la calma.
Quiero que llegue la calma.
Quiero que llegue la calma.

Si hay tal
Si no todo es un espejismo
En el sueño de Dios.


Sueño

Estoy de pie junto a una gran estatua, ese es mi sueño.
La estatua no se mueve lo cual resultaría obvio
Pero es un sueño y yo tampoco me muevo.

Hay aves que vienen y se posan sobre nosotros.
Cantan en silencio, sé que cantan
Porque algo en mí se conmueve.

No me puedo mover, es un sueño,
La estatua desaparece.

Esto es sólo un sueño, me digo tratando de calmarme, tengo terror.
Luego ya no siento nada.

Sentir nada es como tocar un acorde mudo
o darse un golpe seco en la cabeza.

Hay silencio tan fuerte
Que suspende los nervios.
Es el final de un movimiento de la Heroica.

Todo podría ir bien un día.
Esa es la palabra que recibo de mi madre.
Esta lavando los platos, estoy sentado a la mesa
Revisando algunos poemas.

Ninguno de los dos dice nada después.
Ese todo el sueño.


Caída

Suena una canción en la radio.
Estoy recostado en un mueble grande, un sofá
En medio de la sala.
Veo al cielo a través de la ventana.
Está azul, brilla.
Tengo una mano en mi pecho y la otra
Estirada toca al suelo.

-Todo lo que diré sucede mientras suena la canción-.

Un ave viene desde el patio,
Se posa sobre mí y me pica los ojos.
Mis ojos son negros.

El ave es blanca, pero no es buena.
Trato de espantarla, pero no se aleja.
Me muevo con miedo. Duele la vista.
Corro, salto; el ave no se aleja.
Entra alguien y comienza a gritar.

-En Adelante todo sucede rápido o eso aparenta-.

Abrazo, Caricia, llanto, Palabras balbuceadas, (inentendible),
Dolor, miradas a los ojos que no van a los ojos, silencio, sueño.

-Cuando todo es silencio o eso aparenta-

Despierto o eso creo, 
Reacciono frotándome los ojos.
Recuerdo el ave.
No siento dolor.
Veo a través de la ventana
El cielo azul brilla.
El radio está encendido.



Domingo en la mañana

Encendí la radio esta mañana;
Guitarras locas y descontroladas. 
Mi alma baila por la Habitación. 
Yo camino sin cuidado
Vidrios brillan sobre el suelo.

El rasgueo de guitarras
Electrifica mi piel y sacude el polvo
Sobre las sienes. 

Siento que estoy cayendo… 
Hacia arriba sintiendo colores,
Melodías, ritmos y el pecho se acelera.

Toda la mañana voy perdido en el abismo
Oscuro del aire sonoro

Libre
Escuchando
The Velvet Underground


Lejos

La luz entra desde la ventana, se podría decir que lenta
Pero es estática, suspendida en el aire
Atraviesa todo el cuarto.

Un balón está sobre el piso de madera.
El cuarto está pintado de blanco, tiene el techo muy bajo.
Una botella de agua detrás de un gran cajón de madera
es usada para espantar la bruja.

La cama tiene un colchón duro.
Junto a ella hay una caja llena de libros; 
Un maletín lleno de ropa;
¿Alguien acaba de llegar?

Hace frío.
Un ratón cruza desde al gran cajón de madera
Hasta el balón y cruza de allí hasta la caja de libros.

El sol se va con la tarde;
El frío aumenta.
Las paredes se vuelven grises.


perdedor

doy vueltas.
enciendo un cigarrillo.

guitarras distorsionadas,
voz desafinada.
sol insoportable que hace más brillante todo.

si Hölderlin estuviera aquí...

abro otra cerveza


sábado, 7 de septiembre de 2013

Nada que interese o deba interesar a alguien serio.


Por la tarde se escucha el grito del murciélago.
Dos caballos negros saltan por la pradera.
El rumor del arce rojo.
En el camino, aparece una taberna ante el viajero.
Delicioso es el sabor del vino joven y las nueces.
Delicioso es tambalearse, ebrio, por el bosque que
oscurece.
Por entre las negras ramas resuenan campanas dolorosas;
Gotas de rocío caen sobre el rostro.



La forma de escribir de Tralk es sumamente bella, con líneas simples dibuja música, un tanto oscura y triste. Una esperanza muerta le sale de las entrañas. Quisiera poder hablar y hablar de ella, pero no podría, no sabría que decir con certeza. Sus poemas fueron publicados en algunas revistas y un libro que en vida jamás vio. Hölderlin tiene un sonido similar al de Tralk, o viceversa. Pero Hölderlin nunca llega a ser tan oscuro en su esencia ni a cargar tanta música y habitaciones sórdidas. Ambos tienen impresiones muy bellas de lo que vieron sus ojos. Lo que amo de su poesía es su tono siempre consciente; la falta de esperanza o la vida o la noche o el alma o el dolor no son exagerados  (como en el romanticismo francés),  son ellos por ellos mismos. Todos los elementos en Tralk dialogan entre sí, hasta el mismo poeta es indagado o correspondido por ellos.

Puede que sintiera un amor por la vida tan grande, que le haría sentir esa desazón como sólo se tiene por las cosas que se ama y vemos, decaen. No hay un sentido romántico en su poesía, no hay un ideal ni simbolismo aunque Hombres como Heidegger hagan un estudio tan poético de su poesía en las que el simbolismo igual que en Hölderlin está servido, pero dudo que fuera su propósito. No digo esto con ignorancia -aunque podría solo tratarse de tal-, sólo he pasado tanto tiempo y estoy leyendo mucho a Williams, y otros tantos poetas y seccionarlos es odioso, no son ovejas en mi rebaño de las que hable como si hubieran escrito para que yo simplemente las etiquetara. Vivo esto, lo que ellos hicieron lo disfruto y es ello lo que me importa, al final todos somos lo mismo. Como en un poema de Auden que leí hoy:

no hay tal cosa como el Estado
y nadie existe solo;
el hambre despoja de elección
por igual al policía y al ciudadano;
debemos amarnos unos a otros o morir.

Quita Estado y pon en su lugar estética o movimiento y entenderás lo que quiero decir. Quita si lo deseas policía y ciudadano y pon el nombre de dos poetas distintos; T.S. Eliot y Zukofky.
A veces, para que las cosas funcionen, sólo hay que imaginar el mundo tal y como es. Ya en su propia dialéctica infinita las cosas nos dirán lo que son, girando sobre sí mismas: Una rosa es una rosa es una rosa. Todo es imaginación, realmente (o eso estoy creyendo), no por ello menos real que lo real -si lo real existe-; mis lentes están rayados y estoy bebiendo justo ahora. Y trato de imaginar. En otros poetas el aforismo de Stein sonaría como: Una rosa es un color es una noche es un sonido es un olor. Y aun seguiría siendo la rosa, como con Baudelaire y las correspondencias. Sería el amor, o lo que sea. Pero aun así seguiría siendo la rosa. En ello no hay error, no si lo imaginas. Pero hablare de Tralk que es lo que me importa. 

El azul de mis ojos se ha extinguido esta noche,
El oro de mi corazón. ¡Oh!, cuán quieta ardía la luz.
Tu abrigo azul abrazó al que caía;
Tu boca roja sellaba la demencia del amigo.

El azul de los ojos es el mismo azul de la noche que abrazó al que caía, ¿quién es? no lo sé, no sé quién no podría descifrarlo y esto no es un estudio formal ni tampoco intenta serlo. La boca roja que sella la demencia, eso que suena tan sensual, como los labios de una mujer creo que no es más que una copa de vino. El que caía soy yo; no hay camino y mi vida va perdida, pero debo decir que el verbo no me es propicio pues siento que aún no paro de caer y sopeso en mi interior que hay aún más vacío que recorrer. Y el vino que me embriaga ahora es el que escribe. No hay razón para simular otra cosa. Wallace dice algo que es fantástico: 

"Una obra de ficción es una conversación que permite enfrentarse a la soledad esencial que se da en el mundo. Entre los seres humanos se da una situación de incomunicabilidad de emociones. La comunicación entre el creador y el lector es algo extraordinariamente misterioso. La buena literatura provoca una experiencia que permite trascender el aislamiento de orden subjetivo. Yo no sé si funcionará en español, porque es un término sumamente idiomático e idiosincrático, en realidad, la expresión de un sonido. Lo encontré una vez leyendo a Auden o Yeats, no recuerdo exactamente. Es como una epifanía, en el sentido que le daba Joyce al término, una revelación, la sensación de armonía y perfección que se siente en presencia de la obra bien hecha, de la obra de arte que logra su cometido. Es como un clic, el sonido que hace una caja que está perfectamente elaborada al cerrarse. El efecto inefable que provoca el contacto con la obra de arte. La comunicación entre distintas conciencias pensantes que se deriva de la contemplación de la belleza poética. En el acto de la lectura se da un componente que es el intento de establecer comunicación con otra conciencia, una interpenetración. Lo que llamo el clic es la capacidad de reconocer pensamientos y sentimientos que el lector siente como suyos, pero que no es capaz de verbalizar. Yo, como lector, en el momento de la lectura siento que el autor ha dado con las palabras que necesito para dar expresión a mis sentimientos. No les he dado forma yo, pero no por eso son menos mías: gracias al poeta, al escritor, han sido transfiguradas, y expresadas en una frase de gran belleza. En ese momento, el mundo cobra plenitud, solidez, rectitud."
Ese clic o epifanía que menciona es lo que es Tralk para mí y lo es desde que un rumor de sonata de piano arrumaba hojas secas en un patio lleno de aves negras. Lo supe desde que sentí que él como Chopin han hecho los mejores nocturnos. He intentado tantas veces tratar de escribir como él, pero me sobre pasa todo intento. Él ya dijo todo lo que podría decir.
Me vi andando por habitaciones desiertas.
Las estrellas bailaban, locas, sobre el fondo azul,
Los perros ladraban fuertemente por los campos,
Y un viento salvaje gritaba entre los árboles.

Y de pronto: silencio. La tenue llama de la fiebre
Hace surgir flores venenosas de mi boca,
Y cae el rocío, pálido y chispeante, desde las ramas
Como desde una llaga, gotea y gotea cual sangre.

Por el engañoso vacío de un espejo
Surge desde el horror y la oscuridad
Un rostro, lenta e indistintamente: ¡Caín!

La cortina de terciopelo roza apaciblemente.
La luna brilla sobre el vacío a través de la ventana.
Heme aquí, a solas con mi asesino.
No hay simbolismo (aunque me equivoque). Lo que quiero apuntar es la idea de que hay que imaginar las cosas tal y como son. Y son como las dice el poeta y no hay otra forma en que puedan ser y tampoco esconden más de lo que sus palabras dicen. Si la poesía refleja los pensamientos de un joven y sus impresiones sobre lo que vieron sus ojos, no han de ser menos reales que lo real. Ese horror encontrado en la guerra le habría embargado tanto el alma que tuvo miedo de sus aves negras, de los gusanos, los murciélagos y las arañas como seres más vivos de lo que imaginaba. Lo oscuro no es lo oscuro sino lo claro, un rincón, una sombra para el día en el que el sol arde tan fuerte que te hiere.

Siento que mi vida va a ningún lado. Un gran desfile de elefantes rosados en un cuento para niños. Una improvisación que perdió la melodía que la motivó. Todos van para todos lados y se esconden de sus propios miedos señalando a los otros, y los otros siempre son ellos mismos porque lo que hay en el mundo son espejos y ellos toman todo lo que crees de ti y lo convierten en dolor de cabeza, en una herida abierta. No todos sufren, es un caso particular el que menciono.

Georg Tralk es un poeta que admiro, sus versos son música, son camino y pesadilla.  No sé más de su vida que lo que se podría apreciar en cualquier parte. Adquirió adicciones como cualquiera de nosotros, sólo que la cercanía con el mundo farmacéutico le habrá dado la posibilidad de abusar y rebasar ciertas líneas que te meten en peligro. Igual a las líneas imaginarias que hay en el lugar en el que vivo, cruzar una línea que no ves ni de la que eres consiente te cuesta la vida. 

Escribió y murió joven. Fue a la guerra y eso lo aterro -eso dicen-. Una sobre dosis lo mato en su campamento. 



lunes, 2 de septiembre de 2013

Sobre una esperanza que no existe o ya es costumbre y ha perdido cualquier sentido y aun así no se dice nada.

Tiene su boleto de la lotería en la mano izquierda, está frente al televisor con el rostro sin expresión. Es de noche, la luz de la sala está apagada y todo es oscuro excepto el rostro del hombre; se iluminan con las imágenes de su Sony LCD de 42 pulgadas. En la mano derecha tiene el control remoto. Espera sin ánimo, se esfuerza para quedarse despierto, fue un día difícil de trabajo. Su mujer duerme en la habitación, lo había llamado un par de veces antes sin lograr persuadirlo, siempre permaneció en silencio y ella recibió aquello igual que un grito de ¡Cállate!. En cualquier momento transmitirán el sorteo, lo sabe demasiado bien. En la televisión hay un reality show; un grupo de jóvenes con camisetas negras luchan por convertirse en actores de verdad, donde "actores" significa tener un buen cuerpo y un buen rostro. Ninguno saldrá de allí siendo un actor, esa es una realidad que inventan. El hombre frente al televisor no piensa nada.


-Creo que Alejandra quiere hacerte ver mal, exageró en toda medida su reacción.
-Era una broma, y ahora seré la mala del paseo.
-Cálmate. Ya verás como todo saldrá a tu favor, el país entero te está viendo… las cámaras no mienten.
-....
-Ya tenemos una razón para ponerla en peligro de salir está semana de la casa.
-¿Lo crees?
-Sí. Mira, hablemos con los demás y verás cómo están a tu favor, ella exageró la reacción y quiso gritarte por ser desconsiderada con su problema de salud, pero todos sabemos que es mentira; ella no sufre de nada, lo inventa cada vez que quiere llamar la atención. Lo hace para hacerse coger lastima.
-....
-Este país abusa de tener buen corazón y siempre vota para proteger la gente que aparenta ser débil.
-Es muy astuta, entonces.
-Sí, por eso te digo que no te deprimas, todos sabemos que fue sin mala intención, estoy segura que los muchachos te apoyarán y mira, con el voto de Andrés, Carlos, el tuyo y el mío son cuatro… cuatro de nueve que somos.
-Y los demás, aún estamos en desventaja.
-A ella nadie le hace caso, si quisiera mandarte al juicios de los televidentes necesitaría mínimo cuatro votos más y Carolina particularmente la odia desde que entramos aquí.
-Ella también estaría de nuestra parte.
-Ves, ya somos cinco… no te preocupes, afuera la vida es más dura.
-Tienes razón… ¿cómo estará mi mamá?
-Debe estar viéndote… mejor mándale un saludo y volvamos al cuarto, es hora de dormir un poco.
-....


El aire en la sala está viciado. Sólo se escuchan las voces del televisor. No sucede nada, el reality con bajo rating ha obligado a la productora a extrapolar ciertas minucias en las que los jóvenes -con camisetas negras con sus nombres impresos sobre ellas con letras blancas- pareciera que se quieren matar uno a otro. El editor y la jefe de redacción le dan cierta significancia a cualquier cosa que se considere una mala actitud forzando el contenido. Así todos piensan que se odian cuando en realidad juegan. Los pocos televidentes se trasnochan comiéndose las uñas porque Alejandra es indefensa, tiene un problema de salud desde chica, es pobre y su familia espera que gane para darles un mejor futuro; Patricia en cambio es una modelo ambiciosa con buen cuerpo, bonita cara, moral dudosa, parece que mira a todos por encima del hombro. Todo es un juego de cámaras, de unir algunas imágenes de aquí y allí para lograr una historia que interese. Nadie quisiera ver un grupo de chicos aburridos de sí mismos, acostados todo el día pensando que todo será mejor en el futuro.

El hombre tiene en su cabeza un pensamiento que se ha quedado estático; la imagen de un dragón devorando una mujer mientras soldados apostados a ambos lados -unos con indiferencia hacia la bestia- lo atacan.

Aprieta el botón para cambiar de canal, echa un vistazo rápido al canal de cine. Tiene una camisilla blanca, hace calor. En la habitación su mujer está cubierta con las cobijas como si la atmósfera allí fuera muy fría. Ella también ha tenido un día difícil. Viniendo de hacer las compras en la tarde tuvo que dar una vuelta por una calle extraña porque venía alguien a quien le debe dinero. Pasando por esa calle elevó cierta oración pidiendo protección, ella cree que funcionó porque no sucedió nada y pudo llegar a casa sin ningún problema. Arregló toda la casa en la mañana, limpió los trastos sucios porque el hombre, su hombre como solía llamarlo cuando estaba reunida con Nancy y Karina (esa amigas que la vida de casada le ha obligado a dejar) había invitado a un par de amigos a cenar la noche anterior. Está dormida, a profundidad no, cada tanto abre un ojo para ver si su marido ha vuelto. No se ha acostumbrado a que cada miércoles y sábado se quede frente a la pantalla esperando algo -con una certeza que no sabe explicar a su marido, primero por no querer dejarle sin esperanza, segundo, la convertiría en ave de mal agüero y no quisiera los reproches del hombre cuando gane, si gana, algo- que les cambie la vida.


-Te lo juro, ella lo hizo a propósito, quiere matarme o volverme loca.
-Creo que estás exagerando Alejandra.
-Todo es parte de su estrategia para ponerlos en mi contra, ¿no lo ven?
-¿Vas a empezar a llorar?
-Déjame, la gente ve como me están haciendo quedar mal, ella sabe que lo hizo a propósito.
-Alejandra, cálmate… ven, vamos por un vaso de agua.


En cualquier momento darán el sorteo de la lotería, revisa uno a uno los números en el papel de su mano izquierda. Medita su elección. Nunca juega el mismo número, un jugador con una esperanza muy férrea lo haría, le tendría fe a un número en vez que a la misma suerte. Él elige los números de forma cabalística; recordando hechos importantes, direcciones, la noticia en el periódico, alguna página de un libro,los une, los examina; él siente que compone una pequeña melodía y debe ser perfecta. Está cansado, aun así espera. Lleva en su cabeza la melodía de aquellos números, cree que debió haber jugado el 9 en lugar del 8. Espera no lamentarlo.

Cuando llegó a casa le dijo a su mujer que todo, esta vez sí, cambiará. Como siempre, contestó ella mientras ponía la mesa. La comida se enfrió, le entretuvieron las noticias. Su mujer tenía poca fe. Pensaba abandonarlo, pensaba. El hombre comió frente a la mujer, ella estaba en silencio. La mesa era sencilla, de madera con un mantel blanco. Satisfecho se sentó frente al televisor, la mujer hizo lo suyo; recogió los platos, limpió la mesa y apagó la luz. Se fue acostar, desde su cama llamó a su marido. Mientras lo hacía escuchaba como una joven gritaba en la televisión, música de suspenso, algunas personas discutiendo, pausa para comerciales; ese programa de televisión es demasiado estúpido, dijo antes de quedarse muda como su marido.

El sorteo de la lotería comienza.