martes, 27 de mayo de 2014

The End of the Tour, ¿realmente está llegando al final?









Cuando se anunció que Jason Segel interpretaría a David Foster Wallace en "The End of the Tour" todo el mundo se rasgó las vestiduras. David Foster Wallace es un gran icono de la literatura norteamericana reciente (la figura más representativa de los escritores de la llamada generación quemada), y muchos no ven a un actor que generalmente actúa en comedias interpretar un papel “más serio”. Pero esa tensión entre los realizadores y el posible público no es el único obstáculo con el que se ha enfrentado este proyecto fílmico que se basa en el libro de David Lipsky, Although Of Course You End Up Becoming Yourself: A Road Trip with David Foster Wallace. Es con la publicación de este libro donde precisamente aparece el nuevo inconveniente. 


Hace poco un interesante artículo en The Paris Review apareció. En este se menciona la posible demanda a la que se enfrenta la película por parte del the Wallace Literary Trust por no contar con los derechos necesarios para usar la imagen de DFW. Evan Kindley, escritor para diferentes medios culturales y literarios, no menciona el hecho para polemizar, antes bien, para reflexionar sobre los derechos de imagen y nombre que tienen los autores actualmente (en este caso dentro de Norteamérica), haciendo un paralelismo sobre un hecho similar que vivió James Joyce con Samuel Roth.

La historia de Joyce comenzó en 1926 cuando Roth sin autorización de Joyce publica el “Ulises” y algunos fragmentos de “Finnegans Wake”. Joyce, por supuesto, toma medidas para reclamar los derechos sobre la propiedad intelectual. La actuación de Roth no es del todo ilegal, Joyce se encontraba negociando sus derechos para la publicación en los Estados Unidos de sus libros, pero la publicación vino antes de que se lograra concretar o firmar algo. Lo que continúo lo cuenta Kindley de la siguiente forma: "Joyce fue presentado como una especie de mártir. Cuando el autor finalmente tomó acción legal en contra de Roth, en marzo de 1927, no alega la infracción de copyright sino la apropiación indebida de su nombre; la denuncia fue presentada en virtud del artículo 51 de la Ley de Derechos Civiles de Nueva York, que dice "toda persona cuyo nombre, retrato o imagen es usada... para fines publicitarios o con propósitos comerciales sin el consentimiento por escrito... ". En otras palabras, Joyce no estaba cuestionando la piratería de su trabajo, pero sí la explotación comercial de su nombre y reputación. Por este hecho buscó medio millón de dólares como indemnización por daños y perjuicios".

El hecho, como se lee en el artículo de The Paris Review, da a entender que lo que sucede con el libro de Lipsky y la película es, si no lo mismo, sí algo muy similar. La ilegalidad sólo está en la no autorización de la imagen de Wallace. Con lo cual trata de concluir el artículo que el  the Wallace Literary Trust tendría como ganar el posible pleito. En The LA Times, Carolyn Kellog recoge un fragmento de la declaración, que dice:


The David Foster Wallace Literary Trust, la familia de David [Foster Wallace], y el editor de toda la vida de Wallace “Little, Brown and Company” desean dejar claro que no tienen ninguna conexión con, ni respaldan, ni apoyan "The End of the Tour”. Esta película se basa libremente en las transcripciones de una entrevista realizada a David [Foster Wallace] hace dieciocho años para un artículo de revista sobre la publicación de su novela, “La broma infinita”. Ese artículo nunca fue publicado, y David [Foster Wallace] nunca hubiera pensado que esas transcripciones guardadas más tarde podrían ser reutilizadas como la base de una película. The [David Foster Wallace Literary ] Trust no se le dio previo aviso de que esta producción estaba en marcha y, de hecho, se enteró por primera vez cuando se anunció públicamente. Para evitar cualquier duda, no hay ninguna circunstancia bajo la cual The David Foster Wallace Literary Trust hubiera dado su consentimiento para la adaptación de esta entrevista al cine, y nosotros no consideramos que sea un homenaje”.

David Lipsky publicó, Although Of Course You End Up Becoming Yourself: A Road Trip with David Foster Wallace, basado en las entrevistas hechas a David Foster Wallace en 1996 durante la gira que hacia este para la presentación de “La broma infinita”. Lipsky escribía aquel artículo para la revista The Rollings Stone (aquí la historia).  El artículo nunca se publicó. Y el libro, que recoge aquel trabajo, se editó en 2010, dos años después de la muerte de Wallace. Con esto resalta una diferencia durante el artículo; Joyce en su momento estaba vivo, Wallace se suicidó en 2008. Aun con todos los recovecos legales que existen, puede ser esta la piedra en el zapato para la presentación de la película durante en el segundo semestre de 2014 (posiblemente octubre).  



Samuel Roth termino vituperiado por el medio mientras el Ulises de Joyce, y Joyce, tomaban relevancia gracias al hecho (principalmente a su papel como mártir). ¿Puede sucederle lo mismo a Lipsky y/o a los realizadores de la película? Eso está por verse. 

Por otro lado David Foster Wallace a pesar de ser un gran escritor y toda una celebridad literaria en los Estados unidos, como queda claro en la voz de D. T. Max, es poco conocido en Latinoamérica. Lo cual es una lástima. Pero incluso así algunos fans esperan el resultado final de la actuación de Segel, y del proyecto que prometió homenajear a uno de los mejores escritores de la segunda mitad del siglo xx. 




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