Ha pasado mucho tiempo. No sé cuanto desde la última vez que escribí aquí. Los acontecimientos recientes van desde que volví a México hasta que me casé con Jade Tovar. Soy un hombre de familia ahora, un hombre responsable. Han cambiando muchas facetas en mi vida por este hecho. También he aprendido otras. He tenido sensaciones nuevas que imagino cualquier migrante en algún momento ha tenido. Ha habido cierto halo de soledad en esto, aun cuando no permanezca solo. Es algo bastante extraño de sentir. Aunque todo va increíblemente bien. El trabajo ha ido bien, y la estabilidad emocional bien. Todo realmente se siente bien. No hay mayor complicación de la que tenía cuando estaba en Cali. Salvo algunos temas migratorios que a decir verdad prefiero no tocarlos. He empezado proyectos y los he dejado. Inicié un podcast en Spotify y ahora lleva semanas sin ser actualizado. No he vuelto a leer ni escribir mucho. Lo último que leí fue unos capítulos del libro de Marina L. "Había una fiesta", editado por Caballo de Troya. No he escrito nada salvo esto. Quisiera analizar desde un plano u objetivo distinto este tipo de circunstancias. Sin embargo, ahí está de nuevo esa especie de soledad, que no lo es. En fin... ha pasado mucho desde que escribí por este medio. Y ahora lo hago porque quiero compartir un texto que escribí hace un tiempo y que lo había compartido a algunos pocos amigos. Es un texto que de alguna forma nace de esta misma sensación que tengo ahora, una sensación similar a la que tuve cuando escribí Gifzcarraldo. En realidad estamos solos, construyéndonos constantemente. No hay nada real en verdad. Lo único real es cómo queremos vernos. Y eso puede ser cualquier cosa. Lo que tienen en "Ensayo sobre la escritura" es un texto de ficción. Y espero lo disfruten.
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*Gumroad