Hay unos cuantos jóvenes sentados en la cafetería de la
Universidad. Hablan sin mucha gracia, aunque entre ellos hay muchas risas.
Paralelo a ellos, unos cuantos chicos ven el tráfico de la calle, apostados en
una esquina, hablando y riendo. Estos están a unas 30 calles de la Universidad,
algunas 3 o 5 calles más hasta la cafetería. ¿Y qué hay con los jóvenes – con nosotros-, aunque hay una sobre explotación musical de lo nuevo, de la generación que
crece, dónde están las demás artes; no hay algo como una pintura joven, una
literatura joven, una forma de vida joven?, Esto hablan los que están en la
mesa, saben que debe haber algo más que sentarse a reír, lo sienten o por lo
menos lo ambicionan. Los chicos en la esquina tienen la misma sensación, pero no
se preguntan con esperanza sobre las artes, saben por otro lado que individualmente
alguien gusta del grafiti, otro improvisa sobre pistas de rap y el tercero es
capaz de imitar a sus compañeros. En fin, ese algo, que llamo ambición, está en
el aire.
Tengo la radio encendida, hay rock. La televisión también está
encendida y hay dibujos animados, los ve mi sobrina, pero el volumen está tan
alto que entre la radio y los diálogos empalagosos se orquesta una buena opera.
Frente mío tengo el último número de la revista El Culo del Mundo, y me estoy divirtiendo
tanto como mi sobrina con sus dibujitos. Toda esta mezcla antipática y tediosa
de vida de pronto se ve envuelta por la poesía de un montón de poetas –no poetas,
diría cualquier arribista poético- que precisamente hablan de lo que quisiera
hablar, si pudiera escribir poesía. Son una vía de escape -no imaginaria- real a mis propias sensaciones de la vida. Una de las escritoras que publica en el
último número es Tristana Landeros a quien conozco por mi gusto por otro poeta
que ya he reseñado, Ricardo Limassol. Y es divertido lo que hace la gente de su
generación, creo que el sentido sublime en la poesía Ha sido expulsado… y esto,
señores es nuestro.
Hay todo un cumulo de sensaciones, escritas con mucho brío,
entereza y también sentimiento (a veces demasiado). Creo que pecan por ir tan deprisa contra todo.
Esta actitud hostil se puede confundir con la de un niño contra la autoridad de
un padre. Pero de alguna forma están creando espacios en los cuales hacerse la
fiesta, de decirse lo que no se dice entre los adultos; y han comenzado a
conspirar…
Bastaría decir que esto no es nuevo ni unilateral, es un hecho
que cada vez se hace más frecuente en la red, podemos ver a los chicos de dinastiachow-fan que se han encargado de recopilar parte del arte joven. O el new-spleen en
él que se está recogiendo un poco la prosa de autores jóvenes. No he querido
hablar de nacionalidades, porque en internet estamos tan cerca los unos de los
otros que la distancia es una virtualidad. Pero aun así El Culo del Mundo es una
propuesta Mexicana, Y dinastiachow-fan es colombiana igual que new-spleen, en Argentina y Chile hay otras interesantes, pero ahora lo único que interesa lo tenemos la frente.
A la pregunta dónde estamos realmente, dónde está la poesía joven, el arte joven... dónde ha ido a calar la ambición dentro del terreno vacío de la cotidianidad. A esa sensación de que hay algo, en algún lugar... a esa sensación han respondido los mismos poetas. la misma generación de la que hacemos parte. Todo lo reciente es una muestra... hay poesía creciendo por todas partes. Es hora de armar alboroto, de festejar. La revista comienza con una cita de Schopenhauer: El poeta es ese privilegiado generoso que nos presta sus
ojos y sus oídos para que contemplemos lo de detrás de la realidad, lo que se
esconde bajo la cruda apariencia. Pero rara vez vemos lo que está detrás, la verdad es que la crudeza, el tedio, el morbo, la decadencia es lo que tenemos al frente. Y de eso ha tratado durante los últimos años la poesía. Por todas partes florece este sentimiento, como Flores del Mal, como un nuevo Spleen; New Spleen, y el término no es mío, proviene de una profunda convicción de Luna Miguel. Esto que ahora sucede no es anti poesía, es poesía en su sentido más vivo: Cuando la Melancolía venida del humo/ Comienza a inscribirse
entre los huesos del poeta,/ La boca le sabe a sangre y las palabras inician a
romper/ Desde la orilla de sus dientes, trémulas en un delirio de vino.
Entonces no es raro que Tristana dibuje el deseo de matar un perro. ¿De verdad quiere matar un perro? o es el deseo constante que nos proviene del odio, del vacío en que nos han dejado, qué es el amor cuando solo conocemos el odio que nos ha dejado la muerte. México como Colombia están viendo caer su generación en medio de las balas del narcotrafico (un cáncer que alimentamos, somos la enfermedad y la cura), en medio de nuestra adicción: en ese odio hemos crecido, somos lo que nos han dicho y nuestra poesía ha sido nuestro alienante... la televisión dejo de ser fructífera. Queremos más... queremos más...
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