Some
say the world will end in fire,/ Some say in ice
Robert
Frost.
“El primer recuerdo verdadero, podría ser falso”. Es la primera línea de ATTA, Jarett Kobek (Alpha Decay, 2013. traducción de Alberto Sánchez Galeano), también es la primera línea de lo que podría decirse sobre los hechos que narra. ¿Qué es lo que sabemos de los atentados del 11-s? ¿Qué podemos dibujar de esos momentos en el mundo? ¿Un atentado a la democracia, deterioro del tejido social, la maldad despertando en el hombre de forma bíblica? ¿Indicio de los enemigos de la paz? ¿Hay gente peligrosa y por ello debemos invadir sus países? ¿Qué es lo que nos han contado, que historia conocemos, ha sido una conspiración? ¿Masones, ilumináis, sociedades secretas, un falso positivo para reordenar el poder global? ¿Son los árabes los enemigos, son los norteamericanos los buenos? Lo que es más importante ¿hay un enemigo?
“El
primer recuerdo verdadero, podría ser falso”. ATTA es la narración de uno de
los hombres que atentaron contra las torres gemelas. Es su historia contada de
dos formas, una contada por él, en primera persona, recuerda la vida con sus
padres, su formación, las tensiones familiares, su acercamiento al Islam, su
entrega a la salvación de su pueblo -¿por qué no, el mundo?- del control de los
infieles. La segunda está narrada en tercera persona y en tiempo presente, paso
a paso de la formación y día del acto terrorista, para Atta, de redención. Los
capítulos hacen una doble cuenta regresiva del ocho (8) hasta el Cer0. Desde la
mirada personal que trata de entender el mundo, que trata de darle forma, que
trata de salvarlo; desde el momento de llegada a Nueva York, su entrenamiento
como piloto, la novela marca la tensión social entre Medio Oriente y Occidente,
hasta el final que todos conocemos. Una historia hecha a contrapunto; se eleva
como una pirámide hasta el capítulo cer0 en el que ambas visiones se unen. La
forma de la pirámide, las que veía el pequeño Atta, y que luego descubriría como
artificios de culto demoniaco. Sin embargo el pequeño Atta afirma en ellas
“Creo en las persona”.
Luego
del capítulo Cer0 la novela cierra con un fragmento del que se supone es
el trabajo de Mohamed el-Amir, Atta, entregado en la maestría que fue hacer en
Hamburgo, Alemania. Este cierre a modo de epilogo, es una protesta que define
el pensamiento de un arquitecto. Sí, Atta es un arquitecto con buenas notas e
inteligente y que entiende como el modo de vivir ha hecho de los palestinos
seres sin identidad. Escribe sobre la ciudad de Alepo en la que “Recientemente
desarrollos, políticos y arquitectónicos, imponen este estilo de vida. Una
forma de existencia humana está al borde de un cataclismo tan traumático y
destructivo como el de cualquier guerra”. (Pag. 170) y esto es realmente
importante, la violencia en la novela, la guerra, no sólo surge de la
destrucción, sino también de la creación.
Leer
ATTA es sumamente interesante, es entrar a otra forma de ver el mundo, otra
manera de entender, otra forma de entender el lenguaje. Afirmemos algo, ATTA es
una novela sobre el 11-s vista desde el otro lado, del terrorista, del
visionario, del redentor. Aquí, hay un mundo que en sus contradicciones
funciona igual al que conocemos pero con referencias que nos son muy ajenas.
ATTA tiene referencias a la ciudad
hermosa e inquietante:
Nueva York se alza en el horizonte. Un horror
único. Directo a la línea de visión se encuentra el Empire State, una puñalada
art decó en el cielo. A la derecha, pequeños edificios rodean las Torres como
acólitos circundando a un falso mesías. (Pag. 19)
**
¿Deberías ver como se ve Hamburgo a mis ojos?
Como un pueblo. Un escape del mundo
industrializado. Una aglomeración de campesinos incrédulos que caminan entre
edificios enanos, un híbrido de la arquitectura teutona y las
necesidades de la pobreza que los alemanes erigieron después de que la RAF y
los estadounidenses incendiaran y bombardearan la ciudad hasta borrarla por
completo. (Pag. 42)
**
Hamburgo ofrece libertad desde las alturas de los
rascacielos. Sólo un puñado a las afueras del pueblo. El Radison y el
Unilever-Haus, errores de juicio de la bravuconería de los sesenta y setenta. A
lo lejos, se levanta la sombría tríada de las torres Mundsburg, burla insolente
a costa de la ciudadanía. (Pag. 43)
**
Luego de visitar Walt Disney..
Retoma Tomorrowland en busca de Main Street,
Estados Unidos. De algunas fotografías reconoce el arquetipo. Una mirada
nostálgica encapsula la vida americana en la década de 1920. La historia le
respalda: esta es otra mentira. Un sueño que termina en muerte. El dinero, las
falsedades y la decadencia de Wall Street consumen Main Street, dejan a la
gente hambrienta, desnuda y a la intemperie.
**
La
arquitectura es en todo momento una afrenta. El enemigo a derribar, los
gigantes contra los que van los nuevos caballeros envanecidos por la propia
ironía que los rodea, y no son capaz de ver:
**
La Torres Eclipsan la ciudad. Nueva York es una
tierra de gigantes hasta que das con sus titanes. Solidos rectángulos erectos
de arrogancia arquitectónica, entrega total a la fe moderna en la capacidad de
los edificios para crear vida (…)
Los judíos Fundaron la francmasonería sobre un
principio central. Ciertos ángulos encarnan ideales específicos dentro de la
composición física de piedra y mortero. (Pag. 20)
Así
las Torres son el símbolo más grande de dominación. La tensión entre judíos
nace, ellos están detrás de todo, son quienes aprietan la tuerca que estrecha
al mundo y elimina libertades.
Un
elemento más que encontramos en el capítulo Cer0 es la incursión de “z” en
minúscula y mayúscula que van ocupando pequeños fragmentos hasta volverse. al
momento final, momento del choque del avión con la torre, en páginas enteras. Sucesivas
“z” y “Z”, esto que podría no entenderse en un primer acercamiento se trata de
párrafos encriptados en código Morse. Es llamativo, paradójico, cifrar un
mensaje. ¿Qué más podría decirnos el autor? ¿Qué más hay en la cabeza de Atta
que debe ser cifrado? ¿por qué el narrador oculta esto? En realidad se tratan
de pequeños fragmentos de otras obras, un juego intertextual codificado, y que
eleva al descubrirlos hasta una sensación poética de la destrucción. Viene de
todos lados, esta sólo es una forma de ella.
El
viaje espiritual de Atta, su encuentro con el Islam verdadero, su viaje a la
meca, su restauración, la santidad, el nuevo nombre, todos elementos que
ratifican la convicción de Atta. Desde pequeño ha seguido los preceptos del
Islam; su padres es autoritario, él lo respeta, lo obedece; entiende los roles
de hombre y mujer desde un machismo extremo; se cuida de no tener sexo y
guardar castidad; no bebe; no usa drogas, un joven ejemplar. Pero desde esa
reprensión y límites que el mismo hace, nacen sus pasiones bajas, hay una
sensación al amor, que él se encarga de reprimir y castigar, pero es esa reprensión
ante lo que se supone, desde su visión, no está bien, lo que seduce; Amal la
mujer que él llama "atrevida" es la primera en hacerle pensar en un
camino distinto, Atta se cuestiona pero como siempre justifica la posible
falta, "voy por la tesis", "voy por una investigación"; Amal
resulta vivir en la casa de una arquitectura que se está perdiendo y él
quiere estudiarla. Atta trata de convencerse que no hace mal. Camina entre la línea
delgada de la tentación, Amal es la posibilidad de otro destino. Hay algo de
homosexualidad en él, hay un fragmento en el que se maquilla, se insinúa algo
como el gusto por el travestismo. Atta, es todo menos el hombre que piensa,
justifica cualquier gusto que se consideraría errado con sobreinterpretaciones
de ellos, como su amor por las películas de terror, o su paso por Disney.
El
respeto por las frases en árabe, las palabras que en determinado momento cobran
la vitalidad, fuerza que baña y atrapa a Atta en su viaje a la meca. De paso
nos sumerge en una peregrinación, una efervescencia de humanidad. Para Atta, y
en la novela, todos son infieles, siempre se denuncia esto. Pocos son los
santos, Atta busca la santidad, pero en el momento que se ve con Bin Laden y
recibe otro nombre y su misión, se cuestiona, ve la contradicción, la ironía de
pretender ser alguien limpio. Pero aun así persiste en ello. Su compañero de
misión es un drogadicto, un mujeriego, ¿por qué? se pregunta Atta, ¿por qué
estás tú conmigo cuando yo soy un hombre diferente?, luego, cuando Bin Laden le
invita a jugar voleibol, ¿un juego infiel?, se pregunta. Cuando recuerda sus
líderes; ayudan a la comunidad mientras se corrompen con mujeres. El
divorcio de sus padres, su estricto modo de vida ¿para qué?, Bin Laden cree que
tiene algo en común con él, pero Osama no fue a la Universidad. Atta, atraviesa
el mundo para redimirlo. Pero que el mundo este errado es sumamente
seductor.
Jarett Kobek es autor también
de If You Won't Read, Then Why Should I Write?, estadounidense hijo de
inmigrantes turcos, es una figura que sobresale dentro de la nueva literatura
estadounidense. Ha sido nominado al Puschcart Prize. BTW: A Novel, es su última
novela, una tragicomedia de un joven en Los Angeles que gira entre un padre lunático,
relaciones sentimentales catastróficas, una identidad política perdida y una
cantidad de cultura pop que lo atrapa. Jarett Kobek es un autor que vale la pena seguir.
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