Esta es una mirada a la poesía
de Centroamérica. Tres elementos importantes. El primero, la antología de
poesía 1.000 Millones, poesía en lenguaespañola del siglo XXI, editado por el Festival de Poesía de Rosario,
Argentina. Sus compiladores, D. G Helder, Daiana Henderson y Bernardo Orge
reunieron los autores de toda América y España rastreándolos en internet, esto
porque: “… por más profusa y multiforme que sea esta producción editorial [la de
libros y antologías], la búsqueda no hubiese arrojado el mismo resultado de no
haberse explayado en Internet, donde la disponibilidad de publicaciones y el
nivel de flujo de información son incomparablemente más altos”, escriben en el
prólogo. El libro también tiene una webgrafía, en la que se indexan páginas o
blog sobre literatura. El segundo, un documento es pdf, que he recibido por parte
de Misael Hernández Paz, llamado Leer desde Internet.
El tercero: La antología 4M3R1C4, elaborada por el poeta Héctor Hernández
Montecinos. Su segundo volumen está dedicado a autores nacidos en los 80’ y 90’.
la antología 4M3R1C4, sus dos volúmenes,
son trabajos necesarios para explorar la poesía Latinoamericana (al igual que
Halo, recientemente publicada. Reseñada aquí).
Esta recopilación -como todas-
es arbitraría y tiránica. Mencionaré los poetas de Centroamerica de la
Antología 1.000 Millones, se cruzan un
par de nombres con la antología 4M3R1C4, más uno del documento que me ha sido
enviado. La elección la hago por una razón: Pueden descargar tanto la antología "4M3R1C4" como el archivo "Leer desde Internet", elaborado por Misael, y
explorarlos más, esto no es posible con la antología del Festival de Rosario.
Los autores son en su mayoría nacidos en los 80’. No conocemos poesía ni poetas
más jóvenes de estos países. Aquí no hay alt lit, ni cambios estéticos bruscos.
Sin embargo, hay cosas interesantes que valen la pena explorar.
Comencemos.
Mara Pastor, nació en San Juan
de Puerto Rico en 1980. Si hay algo llamado Cotidianidad poética sería la de
Mara. Tanto en su blog, como en los libros en que se recopila su nombre (que
son muchos) no deja de tener un tono limpio, cotidiano y fresco.
Jeymer Gamboa, Santa Cruz de
León Cortés, Costa Rica, 1980. La poesía de Jeymer describe, no busca tanto la metáfora
como el objeto, al cual se acerca para hacerlo surgir, con eso que pedía a
gritos Williams; la imaginación.
Glaem Parls, Santo Domingo, República
Dominicana, 1980. Este es un poeta no-poeta de los que disfrutamos aquí. Durante
el festival de Rosario recibí varios mensajes que me decía que era un tipo que
debía conocer. Bueno, no se equivocaban. La poesía de Glaem es clara, sin mucho
artilugio, simple, concisa, y sobre
todo, divertida.
Lizabel Mónica, Habana, Cuba,
1981. En Lizabel no sólo hay un sentido poético, sino también una capacidad
narrativa impresionante.
Javier Ramírez, San Salvador,
1985. Javier es nadie, como es nadie hace lo que quiere y escribe como quiere y
eso, aquí, en esta casa, lo apreciamos. Junto a Glaem son poetas no-poetas.
Martín Cálix, Honduras, 1984. Describiremos la poesía de Martín con un fragmento de su
libro partiendo a la locura: “+00000000000: ¡lo siento… su
saldo es insuficiente para completar esta llamada!”. Esto es divertido.
Lo anexamos a nuestra lista de no-poetas. Los no-poetas son aquellos que se
alejan del convencionalismo.
Johanna Raabe, San Salvador, 1989. La poesía de Johanna es de ese tono que disfrutamos y que tal vez nos haga pensar en Ana Carrete o Caterina Scicchitano. En ella está la vida, demasiada vida que apreciamos aquí. Nos hemos hecho fan.
Es claro que el desconocimiento al respecto es amplío. Exploramos algo que poco se nombra o comenta. Aún faltan esos escritores más jóvenes de los que hemos visto una explosión en otras partes del continente. Seguro los hay, seguro leerán esto, hey, escríbannos.
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