jueves, 15 de agosto de 2013

Terror a la nada

Como siempre estoy bebiendo un café frente a la pantalla. Imaginé escribir una entrada brillante sobre cualquier tema. Imposible. Estoy harto de leer a Borges, está mañana leí o traté de leer un cuento suyo, fue como sentir una alergia respiratoria; dificultad para respirar, tos, repulsión por libros viejos y bibliotecarios ciegos. Esto también es amor. Me harté porque quiero leer algo nuevo; nuevo escritor, nuevo libro. llevo días buscando escritores jóvenes en la Internet. Frustración en ocasiones. Pero me siento feliz por ir descubriendo nombres y obras. Caminos; espejos. Quiero hablar de ellos, hacer un inventario, no para guardar nombres y obras, para guardar mis afecciones, mis angustia, hacer manifiestas todas estas relaciones perdidas bajo canones, ¿canones?... No sé como decir que estoy entusiasmado con la búsqueda, dejaré una obra y un autor por ahora. Al desconectarme pienso en esto, en esta nueva forma de escribir y sentir, en esta forma nueva de hacer música. Lo hago mientras tomo a Ruben Darío; veo a Dostoyevski junto a mí. Volver a casa, ver televisión junto a tus padres y, pensar que todos se divierten afuera. así me siento al lado de estos libros.

Diarios de nadaJuan G. Sánchez

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