domingo, 1 de septiembre de 2013

Ma)nu;al par a p.u.n.t.u.a.r. (las) enfe_rme;dades del C♥r)azó.n

Hace poco hablaba con un amigo, lo hacíamos a través de Facebook; las cosas que genera el ocio. Le comente sobre cierto cuento de Safran Foer llamado “Manual para puntuar las enfermedades del corazón” y como en un salón de clases en el que estuve alguna vez compañeros se rasgaban las vestiduras diciendo que no era literatura (por lo menos no real), el asunto es que usa algunos símbolos o emoticones para describir ciertas sensaciones, al final del cuento tenemos una especie de conversación entre emoticones; ese era el asunto o lo es en principio, el hecho es que la exploración tipográfica siempre ha estado presente en la literatura y más o menos estos fueron los nombres y ejemplos que dimos sobre el tema, Safran Foer en ese cuento genial fue el principio de todo.

Hay un verso de Luna Miguel que me encanta… “También he visto a los mejores cerebros de mi generación destruidos por el emoticono” (un poco como parafraseo o parodia a un verso de Ginsberg, no por ello falso) antes de escribirlo y recitarlo no hubiera pensado encontrarse con un texto como el de Richard Chiem, que recogió en la antología Vomit. La exageración del emoticón llega al absurdo, sin que eso sea malo, sólo que no te lo imaginabas; es genial, interesante, de esas cosas que te sacan una sonrisa y te hace pensar un poco más sobre todo; replantearte las cosas… he aquí un fragmento:

Soñaste con esto. En el fin del mundo todos están en una fiesta del fin del mundo. Toda la gente que conocemos está en la fiesta. Un amigo tuyo trae un megáfono a la fiesta y en la intimidad comparte la diversión con todos. Voces con nieve y mezcladas con interferencias. Sola con tu vaso en la esquina, miras al exterior y la escena te parece surrealista. Hasta llegas a poner tus manos frente a ti y tensas los puños. Adviertes colores y recuerdos antiguos. Dices que puedo leer tu mente. Preguntas si puedes leer que lo mío es tuyo. Te veo beber y me pregunto cuándo empezarás a ser peligrosa. Cuando bebo vino tinto sé que también balbuceo. Te concentras en apretar el aire en la base de tus pulmones, con aspecto enfadado, y pasas delante de mí tres veces. Te sigo en una docena de vueltas por la cocina, intentando darte pan y llamarte amor. En el sueño el resto del mundo permanece silencioso en el salón. Tu madre dice que le gusto de verdad. Tu novio de primero del instituto es un auténtico gilipollas.

Fragmento del poema “Leslie Cheung se tira desde mi edificio cierra sus ojos y luego canta una canción que los dos conocemos y que nos encanta”


Ahora, hay que decir que no son simples círculos, cuadros, autos o regalos. En sí es un texto bien construido sólo que bajo un tipo de letra extraño (Odiaría revelar el secreto a voces que tiene).

Todo es muy loco y divertido, y hay que ver los textos de Cummings, sus poemas convertían en una cosa loca la exploración tipográfica:

13:286
                                                       s-t-e-m-l-a-a-t-s-o-n
                                             quien
 m) ientr (as lo mi ) ramos
altoahora re
                    TTESAMNOASL
                                                  cogiéndosep ( ara
enSí) :s
             aLt
                     !a
R                                                                      11
                     (e
gAnDo                               .mTnAaOsLsEt)
reo(vol)rde(ver)na(se)damente            para
,saltamontes;

Poema sacado de: Yo y el innumerable quien, e.e. cumming


A eso le añadimos como mi amigo lo comento





Código morse en medio del texto… lo cual es muy extraño, y lleva hasta el absurdo el tema de los hipotextos e hipertextos que tanto fascina a la mayoría de palabreros dentro de las academia. Y mientras discutíamos que obra era más rara, quien hacia exploraciones más locas (como la hacen muchos músicos de jazz que desgarran el aire con acordes extraños como sacados de otro mundo junto con sus frases y solos, esto es un poco así, y estoy pensando en Allan Holdsworth o John Zorn) nos preguntábamos ¿Qué es literatura en realidad? No podríamos saberlo pero descubrir textos así es muy divertido. Sólo hay uno que es aún más loco que todo esto; loco y extraño; Houses of Leaves, es la obra más loca extraña y misteriosa que haya visto.


Con ella terminó nuestra conversación que giro un poco alrededor de la literatura extraña, rara y que compartimos a través del chat de Facebook. Tantos escritores que han perdido la cabeza y nos divierten y enloquecen como una droga a través de sus textos…









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