viernes, 12 de julio de 2013

Tres de la mañana.

Caminé desde "El lugar de Don Hebert" hasta la calle cuarta con quinta, sobre el puente que cruza para ir hasta el hotel Interntinental. Eran las tres de la mañana, y habían cerrado el bar. Tenia una cerveza en la mano que llegando al Club Noel tiré. Hacia un poco de frío. En el camino rostros se iban encontrando, se reconocían como gente del mismo clan, de la misma noche. Por la quinta íbamos subiendo. Cuando hube llegado al puente me senté en una banca hecha de cemento junto a una señora que asaba arepas, chorizos y servia tintos. Me tomé un tinto primero, luego comí una arepa con chorizo, luego otro tinto, luego me quedé dormido. -Hágale que yo le cuido el sueño, me dijo la señora. habían tres personas más en esa banca, todas esperando la mañana con la misma esperanza o con la misma desidia, cualquier cosas era lo mismo; nadie quería volver a casa. 

Antes de que amaneciera desperté, a mi alrededor habían taxistas y un travestí abriendo la boca para morder una arepa con chorizo. Buenos días, dije. Me sonrieron... -¿Estuvo buena la fiesta? me preguntaron. Respondí con otra pregunta... ¿Estuvo bueno el negocio? ambas o él y ella, el travestí y la vendedora hicieron gesto de que cumplieron, los taxistas no me escucharon. A las seis de la mañana esperaba el bus para volver a casa, la vendedora hacia un tinto con lo ultimo de carbón que le quedaba y el travestí seguía derecho por la calle cuarta abajo, como quien va para "La Merced". Me senté en la banca de atrás. De ahí a casa eran aproximadamente veinte minutos y en ellos trate de revivir cada momento de la noche. Cada canción. Me iba quedando medio dormido y los baches me despertaban arrojándome hacia adelante. Una mujer presionaba el timbre pero no funcionaba, gritó al conductor cuando este pasó de largo por la parada. El conductor del bus gritó a la señora. Ambos se gritaron luego. Las puertas se abrieron, la señora bajó balbuceando, el conductor frunciendo el ceño vigilaba por el espejo. sonreí por un momento, la señora tenia razón, pensé, pero no debió reaccionar así.

Cuando llegue a casa me acosté a dormir. Antes había vomitado en la raíz de un árbol. Tome el camino que rodea al parque para no llegar pronto. Probablemente aun estaba mamá en casa y no quería encontrármela ni escuchar su sermón. No soñé. El calor me despertó, tenia una sed infernal. La cabeza no me dolía. Busque algo de comer. Prendí la laptop, me conecte a facebook... 
tenia dos mensajes que no leí. Un montón de notificaciones estúpidas sobre invitaciones a juegos; debo bloquearlas, me recordé.  Me fui a bañar para quitarme un poco el calor, me sofocaba, me quede bajo la ducha un rato, recordando un viejo blues, Love in vain. Me vestí y salí. Baje hasta La Tertulia, pero no había nadie conocido allí. Compre dos cervezas a la vendedora que se hace en la esquina, también le compre un cigarrillo. Recuerdo escucharla hablar con un tipo de una camioneta sobre lo difícil que iba el negocio.

por la avenida del río se escucharon dos disparos, gire el rostro, una motocicleta 115 montada por dos hombres pasó de largo sin respetar el semáforo frente a una jugeteria. Seguí caminado escuchando el ruido de las ambulancias y las patrullas policiales. Conteste una llamada en mi celular. 

-Halo, dije
-Hola, ¿Qué pasó?, dijo la voz, ¿Dónde estás?
-No pasa nada, voy caminando... aun no sé hacia dónde ¿por...?
-Nada, No lo olvides.
-No te preocupes, ayer en la noche me lo recordaron y también me hicieron saber que ha empezado el juego.
-¿Quien te lo dijo?
-Debo colgar...
-Espera...
-...

Tres hombres venían tras de mí, no los había notado hasta cruzar la calle para tomar el camino que lleva al nuevo Bulevar junto al Río Cali. Aceleré un poco el paso. Ellos también,  las sirenas se silenciaron dos calles atrás. Estoy solo. Me pongo un poco nervioso. Siento sus pasos atrás de mí, en cualquier momento me abordaran, pienso. En ese punto de la ciudad tenia pocas alternativas, una era girar hacia a plazoleta del Centro Administrativo pero, muchos espacios vacíos son un problema. seguir adelante era llegar hasta la calle 15, junto a la Ermita y ese era un peor sector, gire por lo que queda de la vieja arquitectura de la ciudad. Mala Idea. 






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